lunes, 7 de marzo de 2011

Victor Loyola, Cristián Álvarez y Pedros Reyes: El día que se convirtieron en héroes


Por Marcelo Jara

La historia de nuestro fútbol nos entrega momentos emocionantes. Episodios heroicos donde los protagonistas salen de sus papeles habituales para convertirse en verdaderos ídolos. Acontecimientos que han quedado registrados en los archivos del balón pie criollo como verdaderas hazañas. Historias que muestran la hermosura de este deporte.

Ese día miércoles Santiago Morning perdía por 2-0 ante Audax Italiano, resultado que los dejaba eliminados en cuartos de finales del torneo de clausura 2009. Al “shaguito” le bastaba sólo un gol para lograr su histórico paso a semifinales, pero las características del encuentro daban como imposible que esto aconteciera. Ya el partido expiraba cuando el técnico “microbusero” se juega su última opción, y miren que opción. Llamó al arquero suplente y lo mandó a la cancha. Nadie comprendía nada, “este tipo está loco” fue lo primero que se me pasó por la mente. Minuto 93, centro desde la izquierda al área chica, y Víctor Loyola, quien había estado gran parte del torneo como el segundo guarda palos del equipo, se eleva al mejor estilo de Ivan Zamorano, y conectó ese balón en un ángulo, provocando la emoción de sus compañeros que llegó a las lagrimas. Nadie lo podía creer, el arquero suplente dándole la clasificación a su equipo con un golazo de cabeza y en los descuentos. Era una situación de locos. Al día siguiente el guardameta era un verdadero héroe, acaparando portadas en todos los periódicos.


Otra historia similar se vivió el 12 de octubre del año 2002 en un clásico universitario. Esta vez fue un defensa quien se convirtió en arquero para lograr una verdadera proeza. Faltaban aproximadamente quince minutos para que el partido acabara. “Cruzados” y “azules” igualaban a un gol, cuando de pronto, el portero de Universidad Católica se lesionó en la jugada que significó un penal para el “chuncho”. Ya no había cambios, así que no quedó otra opción que poner a un zaguero bajo los tres palos. En este caso fue Cristian Álvarez quien tomó la enorme responsabilidad de atajar el tiro desde los once pasos. El verdugo sería Pedro “Heidi” González, uno de los goleadores del campeonato. Desenlace: Álvarez se lanzó hacia su izquierda adivinando la dirección del balón, impidiendo que éste llegara al fondo de la red. Y no tan sólo eso, el improvisado arquero aguantó quince minutos con su arco en en blanco. Simplemente se convirtió en un ídolo para su hinchada.

Pero sin duda el siguiente acontecimiento es uno de los más recordado por la importancia y la trascendencia, sobre todo para los hinchas colocolinos. Se jugaba el partido de vuelta entre Colocolo y Flamengo valido por los cuartos de final de la supercopa 1996 en el Estadio Monumental. Esa fue una tarde trágica para el cuadro “albo”, ya que vieron como sus dos arqueros tuvieron que salir del partido por lesión, el uruguayo Claudio Arbiza, y el portero suplente Marcelo Ramírez. Ya no quedaban cambios así que el técnico sacrificó a un defensa, y escogió a uno que le gustaba atajar en los entrenamientos, Pedro Reyes. El zaguero no sólo logró mantener su arco invicto, sino que salvo lo que pudo ser el empate y clasificación para los brasileños. Una verdadera epopeya que dejó al “cacique” en las semifinales del certamen continental.


 
                                                                    
                                                                   

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